Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham, Roberto Carlos y Raúl fueron los que conformaron el círculo galáctico del Real Madrid. Han sido indudablemente una quintata muy difícil de repetir en otra instancia venidera del club merengue. Quizás no fue una quinteta de resultados, pero sí de vistosidad que entregó al público noches de magia y escencia de lo que significa este deporte.
Los tres primeros galácticos en mención se han ido. Beckham anunció a inicio de año su partido hacia la MLS. Ahora es Roberto Carlos luego de su difícil noche en Münich la noche en que el Real Madrid quedó eliminado, en donde se le culpó por la derrota, quien anuncia que se va a final de temporada.
Obviamente no fue el mejor año del brasileño en el Madrid. Pero no debe negarse su entrega, su esfuerzo, su gracia, su carisma y su calidad mientras vistió la camiseta merengue. Once años se dicen fácil, pero son difíciles, más aún en un club cuya exigencia de la afición es mayor a la de cualquier otro sobre el planeta. Y Roberto Carlos demostró siempre profesionalismo y lucha, pero sobre todo, amor al escudo de su amada insititución.
Para Roberto Carlos es "momento de cambiar" y tiene razón. Ya su edad, el cansancio, los años acumulados de tensión al más alto nivel, no le permiten competir con su mejor enfoque en un escenario que se ha vuelto demasiado trepidante.
Sea a como fuere, Roberto Carlos deja un legado imborrable en el Madrid y un hueco que tardará en llenar la historia.
Solo queda Raúl de la otrora galaxia blanca.
Para concluir, quiero poner este video de lo que recordaremos como un golazo CON EFECTO
Los tres primeros galácticos en mención se han ido. Beckham anunció a inicio de año su partido hacia la MLS. Ahora es Roberto Carlos luego de su difícil noche en Münich la noche en que el Real Madrid quedó eliminado, en donde se le culpó por la derrota, quien anuncia que se va a final de temporada.
Obviamente no fue el mejor año del brasileño en el Madrid. Pero no debe negarse su entrega, su esfuerzo, su gracia, su carisma y su calidad mientras vistió la camiseta merengue. Once años se dicen fácil, pero son difíciles, más aún en un club cuya exigencia de la afición es mayor a la de cualquier otro sobre el planeta. Y Roberto Carlos demostró siempre profesionalismo y lucha, pero sobre todo, amor al escudo de su amada insititución.
Para Roberto Carlos es "momento de cambiar" y tiene razón. Ya su edad, el cansancio, los años acumulados de tensión al más alto nivel, no le permiten competir con su mejor enfoque en un escenario que se ha vuelto demasiado trepidante.
Sea a como fuere, Roberto Carlos deja un legado imborrable en el Madrid y un hueco que tardará en llenar la historia.
Solo queda Raúl de la otrora galaxia blanca.
Para concluir, quiero poner este video de lo que recordaremos como un golazo CON EFECTO